Comunicado de Prensa número 612 .:. Lunes 21 de octubre de 2013
Centenario Hospital Miguel Hidalgo
Inhalación de solventes e infecciones progresivas también conducen a cirrosis: HH
La enfermedad puede cursar asintomática
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No es un problema exclusivo de la edad adulta
La cirrosis hepática es una destrucción progresiva de las células lo que condiciona a alteraciones metabólicas que generalmente tienen funciones en el hígado. Las causas pueden ser infecciosas (hepatitis C y B), autoinmunitarias y por agentes externos químicos como tóxicos inhalantes (thinner, gasolina), e ingesta de bebidas embriagantes.
El Dr. José Antonio Flores Carrizales, especialista en Medicina Interna del Centenario Hospital Miguel Hidalgo, declaró que la Cirrosis no es una enfermedad curable, sino controlable. "Los síntomas son variables dependiendo de la afección que se tenga. En ocasiones los pacientes que tienen daño hepático no se dan cuenta, a menos que pierden el estado de alerta debido a la acumulación de amonio en la sangre, una vez que el hígado deja de desintoxicar al organismo como producto normal de los alimentos que consumimos a diario.
El experto médico informó que la pérdida de peso, el cansancio, no comer adecuadamente, el abdomen abultado, pies hinchados y dificultad para respirar, pueden hacer sospechar la presencia de cirrosis en una persona, la cual ha llegado a presentarse en jóvenes entre los 20 y 23 años de edad, por alcoholismo.
El entrevistado aseveró que para desarrollar cirrosis hepática a plazo determinado se habla de aproximadamente 20 gr de alcohol diario que se tienen que ingerir para que un individuo desarrolle este tipo de enfermedad, por alcohol. También es muy común que se presente a largo plazo en los pintores que utilizan solventes, a quienes recomienda usar cubre bocas de concha que tienen mucha mayor protección, u otro tipo de filtros más especializados, para evitar un daño irreversible.
El tratamiento para cirrosis consiste en controlar la presión alta en los vasos sanguíneos del hígado (hipertensión portal) y niveles bajos de una proteína llamada albúmina; y hacer uso de los nutriólogos que son los que prescriben las dietas específicas para este tipo de pacientes, ya que deben llevar una dieta estricta, disminuir el consumo de sal y evitar comer demasiada carne de origen animal porque este tipo de proteína estimula la producción de amonio que provoca la pérdida del estado de alerta, concluyó.
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