Comunicado de prensa número 790 .:. 25 de febrero de 2015
Centenario Hospital Miguel Hidalgo
Importantes aportaciones del Posgrado de Anestesiología del HH al conocimiento
Médico residente estudia beneficios de monitorear el efecto de relajantes neuromusculares
Buscarán adquisición de equipos especiales para mejorar la experiencia anestésica
La Dra. Leticia Bermúdez Rosales, médico residente del posgrado de Anestesiología, estudió la Incidencia de la relajación neuromuscular residual en la Unidad de Cuidados Postanestésicos del Hospital Hidalgo encontrando interesantes hallazgos que fueron compartidos por la anestesióloga Dra. María de la Luz Torres Soto, profesora titular de este Curso en el mismo Hospital en el contexto de la presentación de trabajos de tesis de los futuros especialistas.
A modo de introducción, Torres Soto mencionó que en Anestesiología se utilizan muchos medicamentos a fin de: 1) mantener al paciente dormido, 2) evitarle dolor, 3) impedir que recuerde eventos previos de la anestesia, 4) producir parálisis para evitar que el paciente pueda moverse o que se facilite la relajación de los músculos, por ejemplo; del abdomen, cuando va a ser intervenido del abdomen; el problema del uso de estos medicamentos es que pueden provocar un evento que se llama relajación neuromuscular residual.
El estudio de tesis de la Dra. Leticia Bermúdez Rosales propone que la relajación neuromuscular residual es alta, el hecho de que todavía haya efecto de ese medicamento cuando el paciente sale de la cirugía, y su objetivo principal fue ir a buscar la relajación neuromuscular residual en la Unidad de Cuidados Postanestésicos, ya cuando el paciente egresa de la intervención quirúrgica.
"Entonces la Dra. Bermúdez midió con un aparato especial el grado de relajación neuromuscular de los pacientes y encontró que prácticamente 1 de cada 5 que nosotros llevamos a la Unidad de Cuidados Postanestésicos tiene efecto residual de relajante neuromuscular. Un fenómeno que podría contribuir a la presencia de falta de una buena respiración en el postoperatorio, que disminuya su cantidad de oxígeno en la sangre como consecuencia de esto, que si llegara a vomitar no pudiera manejar bien sus secreciones y esto condicionará problemas muy graves", explicó la profesora titular del Posgrado de Anestesiología.
Otro hallazgo muy interesante, como una contribución al conocimiento, que el estudio encontró y no está reportado en la literatura es que el ser mujer condiciona un mayor riesgo de tener relajación neuromuscular residual, esto como factor de riesgo no se sabía y la autora lo encontró. Y que los pacientes que sí se monitorizaron con los aparatos especiales para esto durante la anestesia, prácticamente no tuvieron relajación neuromuscular residual.
"La doctora Leticia también encontró que si uno no tiene monitorizado, durante la anestesia a su paciente, el efecto de ese relajante neuromuscular con el aparato especial y lo revierte con otro medicamento que sirve para que el efecto desaparezca, de todas maneras los pacientes siguen saliendo con relajación neuromuscular. El utilizar fármacos o medicamentos para revertir el efecto de estos relajantes no garantiza que el paciente no va a salir relajado si no está monitorizado".
"Esto quiere decir que tenemos que convencer a nuestros compañeros anestesiólogos y convencer a nuestras autoridades para que adquieran más monitores de este tipo y enseñarle a nuestros colegas y estudiantes a manejar el equipo para evitar que este problema se siga presentando porque es extremadamente frecuente", concluyó la Dra. Torres Soto.
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